La ciencia es del misionero

Hablando del inexplicado exceso de muertes, FDV evita siquiera mencionar alguna pacuna del cocid como posibilidad. No sólo eso, sino que califica de disparatadas «esas hipótesis que anda la gente haciendo por ahí como si fueran certezas», reprochando su actitud anticientífica mientras pasea y posa con sus acostumbrados aires de intelectual entretenido.

Es decir: según FDV, si usted dice que podría ser el calor o las listas de espera estará enunciando una hipótesis. Muy bien, no hay problema. Es usted muy científico. Pero si dice que podría ser algo demasiado obvio, entonces mal. Estará enunciando su suposición no como una hipótesis sino ya como una certeza. Su delito será tanto más grave cuanto más razonable sea esa suposición, más urgente la necesidad de estudiarla, y mayor el cabreo que usted tenga. Y si encima es algo que mucha más gente dice, entonces peor todavía. Qué vulgar es usted. Aprenda una cosa: si un intelectual hace un análisis en el cual menciona varias hipótesis pero omite una candidata especialmente buena, entonces su análisis será impecable, todo un ejercicio de pulcra actitud científica, oiga. Y los que se atrevan a señalar la omisión serán personas muy irracionales.

Así, el más racional y científico, según FDV y sus acólitos, es quien, en un ejercicio de responsable y católico autocontrol, y a mayor gloria no de Dios sino de sí mismo, consiga elaborar las hipótesis más chulas pirulas. Claro, en ciencia, para que una hipotesis sea chula pirula lo primero es que no coincida con lo que dice la gente. Eso nunca: si es algo que se le ocurre a cualquiera, no va usted a fardar nada. Tampoco puede ser ni demasiado obvia, ni un disparate. Por tanto, para ser muy racional debería evitar el poco meritorio análisis, o siquiera la mención, de aquellas hipótesis que parezcan demasiado obvias o «apetitosas», durante todo el tiempo posible, «hasta que tengamos más datos».

Lo que pasa es que la investigación no es un ejercicio de ver quién es más chulo pirulo, ocurrente, virtuoso ni pulcro, ni siquiera el más paciente. Tampoco es lo mismo que la noble tarea de la divulgación, y mucho menos debe utilizarse para el aleccionamiento moral o intelectual de un público. Y la realidad es que, al contrario de lo que creen los legos y los mediocres, en ciencia y tecnología se utilizan continuamente cosas como la intuición o las hipótesis tipo «tiro al aire». También, siempre con una buena comprensión de los fundamentos, es muy frecuente construir hipótesis antes de tener datos. Mucho antes. De hecho, muchas veces las hipótesis son necesarias para saber qué datos hay que buscar y cómo, y cómo analizarlos y presentarlos. Frecuentemente, los buenos investigadores ven obvias cosas que para otros no lo son: sin hacer ningún análisis de detalle ni contar con muchos datos ya sabrá por dónde va el asunto.

Así que eso de calificar tajantemente «esas cosas que va diciendo por ahí la gente» de disparatadas e irracionales es propio de alguien que no tiene ni idea de cómo funciona la ciencia. La de verdad, la que hacen los investigadores competentes y con talento. Obviamente, tampoco es de recibo dar por sentada ninguna hipótesis, como muchos están haciendo. Pero si señalan, incluso con cierta vehemencia, la omisión de una hipótesis tan razonable como la de alguna pacuna del cocid, no creo que estén cometiendo ninguna burrada anticientífica.

FDV es un tipo muy culto y un divulgador al que debemos mucho. Pero no deja de ser un intelectual ilustrado que se pasea por ahí en su burbuja, como un Kant cuyo Königsberg fuera Madrid y a veces el mundo entero, siempre que no haya demasiado barro y la burbuja quepa. En cambio, la ciencia y la tecnología son tareas sucias, donde se trastea con ideas y cosas, se ponen a prueba contra la realidad, ésta se ríe de ti y del más pintado, y uno pelea a machetazos tratando de encontrar algún claro más en la jungla donde llegue luz. El del investigador es un conocimiento que tiene mucho de vivencial. Esto mis allegados imvestigadores de la Historia estoy seguro de que lo extenderían a las Humanidades. No a la divulgación, sino a la investigación, que es muy diferente. Mucho más que ilustrados como FDV, los buenos investigadores son misioneros, de los que van con sus métodos y doctrina como machete y mochila, pero no a evangelizar ellos, sino a ser ellos evangelizados por la realidad.