Hay un programa argentino sobre feminismo que se ha hecho muy popular de tantos dislikes como reciben sus vídeos de YouTube. Se llama «Todes», que por cierto rima con «Torbe».
Merece la pena comentar bastantes cosas de éste y otros capítulos. Uno debe ver este tipo de cosas como quien visita una casa en llamas: buscando algo que salvar. Pero el mismo comienzo del primer capítulo ya es toda una declaración de intenciones.
Después del espantoso «el feminismo llegó para salvarnos» de la primera frase, parece que todo fuera a arreglarse en el momento en que, poco más adelante, la rotunda presentadora se arranca con unas palabras muy diferentes:
«Guacha, yo te creo, yo te estoy buscando, yo no te voy a dejar morir…».
Está señalado a cámara, está señalándote a ti.
Llenas de empatía, de aliento y cercanía, parece que esas palabras fueran a devolver las cosas a un lugar hasta entonces olvidado: el ámbito de la persona, del tú a tú. Porque se debe luchar por las personas, no por las ideas, que son sólo un medio para luchar por ellas. Precisamente eso caracteriza a las mujeres: que saben que las cosas pequeñas son las principales, que se mueven entre personas en vez de abstracciones, y entre palabras en vez de discursos.
Al oír esas palabras he pensado «vaya, un ejemplo de compañerismo femenino, qué bien, vamos a ver…». Pero el espejismo se me ha deshecho con el remate:
«…porque el aborto va a ser legal».
El problema con esto no tiene que ver con estar a favor o en contra del aborto, ni siquiera con la rima fea entre abortar y no dejar morir. Supongo que el párrafo entero hace referencia a que si es ilegal supone más riesgo para las mujeres. Pero en todo caso me ha chocado que saliera con algo así, y ha sido porque por un momento pensé que estaba hablando de personas. Pero no, el plano seguía siendo el ideológico. Y es que hay algo que delata a quienes con sus ideas no luchan por nadie: que son incapaces de dejar la ideología ni por un instante. Es su disfraz y no saben estar en el mundo sin él.
El feminismo es rechazado porque es un artificio. Una creación nacida además no precisamente de manos de mujeres. Por eso el feminismo es una trampa del patriarcado. Fijaos si éste es hábil que es él mismo quien lo ha creado. Será para intentar evitar que las pequeñas cosas y sus grandes dueñas se liberen de verdad y ocupen algún día el lugar que les corresponde, el de las más importantes.