Juan Rulfo hace muchas referencias a la figura del padre ausente y la nostalgia que ata su recuerdo a los hijos como una presencia odiada. Hay que preguntarse cuál es la labor de un padre cuando el mundo no lo ha hecho él, cuando las personas que lo forman no lo pueden cambiar. El padre en la tradición es la referencia sobre el mundo externo: cuando en el México rural postrevolucionario de las novelas de Rulfo el pueblo pierde la esperanza y nadie escapa de la miseria, el padre queda, impotente él mismo, huérfano de cometido. Una madre siempre está ahí porque puede seguir siendo la mejor madre aún «sin hacer nada»: es suficiente con que les dé a sus hijos todo lo que tenga. Es un sacrificio inmenso, pero al menos posible. En cambio, un padre siente que eso no bastaría, y que de hecho no es su tarea: él debe ser el ejemplo de cómo se hacen las cosas ahí fuera. Cuando no hay nada que pueda hacer, se queda sin papel ni guión. Ausente desde antes de su huida, el padre cobarde abandona la escena.