** Este texto es una propuesta de «huelga de confinamiento». Hace falta uno o varios comunicadores con poder de convocatoria para difundirla. Escríbanme a través de gregoriano.blog/contacto **
Quisiera saber una cosa.
¿CUÁNDO VAMOS A SALIR DE CASA?
¿Cuando el gobierno lo diga?
¿Cuando nos abra la cerca COMO A OVEJAS?
Qué somos, ¿GANADO?
A mí me han dicho que no hay que salir porque hay un virus, pero yo sigo viendo otros a diario en las televisiones:
Uno se llama Pedro Sánchez.
Otro se llama Pablo Iglesias.
Otros son todos los políticos de una oposición que no se opone.
Otros, los medios de comunicación, todos contagiados.
MIENTRAS ESOS VIRUS SIGAN CAMPANDO A SUS ANCHAS NO DEBEMOS SALIR.
Porque además veo muy pocos ANTICUERPOS. Poca gente dispuesta a EXIGIR RESPONSABILIDADES. Muchos ciudadanos progresistas admiten que ha habido infinitos errores por parte del gobierno, pero sólo los veo atacar a quienes amagan con pedirle responsabilidades.
Ante esto, yo propongo una «HUELGA DE CONFINAMIENTO«.
Propongo que cuando se dicte el fin del encierro SIGAMOS EN CASA como señal de protesta EXIGIENDO RESPONSABILIDADES AL GOBIERNO. El encierro de protesta se haría durante un tiempo a determinar, sean días o semanas, teletrabajando y haciendo demás actividades como hasta ahora.
No hace falta que seamos millones. Varios miles o cientos de participantes bastarán. Los suficientes como para que se hable de ello en las redes, se sume gente y salte a los medios internacionales. Podremos convocar desde un día cada cierto tiempo, hasta varios seguidos o varias semanas. Y muchos medios internacionales se harán eco porque nadie ha tenido una iniciativa igual en todo el mundo.
Si se desescala el confinamiento gradualmente, retirando la prohibición para segmentos de la población, entonces los miembros de esos segmentos que quieran participar en esta protesta no harían uso del permiso para salir.
Esta propuesta sólo es una de tantas acciones que habrá que realizar, y es muy compatible con ellas, porque es una forma de decir que VAMOS EN SERIO. Además, el que se crea que una vez salgamos nos vamos a poder manifestar masivamente está muy equivocado. No permitirán grupos grandes de personas, ni movernos libremente por el territorio nacional. Limitarán el aforo y el lugar de las manifestaciones. Nos chantajearán diciendo que suben los contagiados y nos acusarán de inmorales por manifestarnos después de tanto como se han sacrificado los sanitarios por nosotros. Aunque salgamos a la calle, no habrá NADA que podamos hacer más que seguir pataleando en casa. Y encima los «progresistas» nos dirán que nosotros tampoco estaremos protestando. Así que les tiene que quedar bien claro que VAMOS EN SERIO y que NO SOMOS IGUALES QUE ELLOS. Lo que tenemos que hacer es una DEMOSTRACIÓN DE FUERZA DE VOLUNTAD y SEGUIR EN CASA como hasta ahora.
Todo estamos deseando salir. Alguien que renuncia a ello como forma de protesta es porque va muy en serio, igual que quien se pone en huelga de hambre. Además es una demostración de autocontrol que impone respeto y que no afecta a nadie más. Si hemos podido aguantar dos meses, bien podremos aguantar varios días más. El que es consciente de la situación sabe que el virus no es el mayor problema que tenemos, sino quienes nos gobiernan. Pero les demostraremos que NO NOS PUEDEN CONTROLAR A SU ANTOJO porque tenemos más FUERZA DE VOLUNTAD.
Cuando el gobierno nos abra la cerca, los que tanto aplauden ahora porque son muy solidarios se olvidarán de los muertos y correrán a disfrutar otra vez de las terracitas. Pero entonces tendrán que oír nuestras caceroladas, leer nuestras pancartas, y vernos aún en los balcones, que entonces serán nuestros. A ellos, que tan solidarios dicen ser, les recordaremos que algunos seguiremos encerrados, porque frente al POSTUREO de quien aplaude pero mira hacia otro lado cuando hay una injusticia, está el COMPROMISO de quien lucha contra ella. En los balcones sólo quedarán quienes de verdad creen en un mundo mejor; en las calles, los hipócritas.
Demostremos que somos más fuertes que esos hipócritas. Digámosle a Sánchez, a Iglesias y a sus palmeros que su confinamiento nos lo pasamos por las narices, como un boxeador que no se cubre y sonríe al encajar los golpes. Hace falta mucho más para doblegarnos.
No se trata de pedir su dimisión necesariamente, sino que respondan por lo que ha hecho, sean errores, negligencias o crímenes, según cada cual crea. Se trata de pedir JUSTICIA. No hay «cambio espiritual» posible sin ella, como no hay espiritualidad que valga sin integridad y sin fuerza de voluntad por mucho aplausito que hagamos y unicornio que pintemos. Si tiene que haber un cambio no será sin nosotros.
Por eso, HUELGA DE CONFINAMIENTO.