Didáctico video del canal Policia Didáctica:
El precio del despiste, dicen al final. Pero ¿el despiste cuál es? ¿No haberse dado cuenta de que era un tramo de 100km/h, o no haber tenido en cuenta de que la GC podía estar con el radar puesto y no haber aminorado por si acaso?
¿Se trata de que hagamos las cosas bien?
¿Se trata de que cumplamos las leyes (que no siempre es lo mismo)?
¿O se trata más bien de tenernos jugando al gato y el ratón, como unos eternos niños de guardería que ni actúan según lo que crean bueno o malo, ni tampoco serían capaces de pactar unas normas y luego cumplirlas? Y si es así, ¿hay algo más allá de ese juego de parvulario?
En este país se trata de lo tercero. Por algo se escribió el Lazarillo de Tormes o el Buscón llamado don Pablos, que normalizan la picaresca como un recurso inevitable e incluso entrañable dentro de la relación entre la autoridad o el poderoso y el humilde «ciudadano» (o aldeano, que eso de ciudadano es muy de la Ilustración). Por eso en España la autoridad siempre ha sido y es didáctica: porque asume que somos seres inmaduros que vamos a caer en la tentación de saltarnos las normas. Algo totalmente acorde con nuestra mentalidad católica, según la cual en el fondo todos somos buenos pero hacemos cosas mal (pecamos, se decía antes) por ignorancia o porque nos falta de fuerza de voluntad. Un sistema moral «de elaboración libre e individual» aplicaría si fuéramos seres muy maduros. Y las leyes frías y objetivas son para los protestantes. Pero en las católicas, la autoridad te vigila y cuando no mira tú haces la trampita. ¿Que te pillan? Pues te haces el arrepentido, lo cual por cierto implica reconocer la legitimidad de la autoridad. Y este juego se considera totalmente legítimo moralmente, o al menos natural e inevitable, porque está diseñado así. Precisamente las leyes se hacen más y más restrictivas no sólo para sacarte más pasta sino para que llegue un momento en que tengas que incumplirlas, sean una pesadez poco razonable, o para que sea probable que las incumplas incluso sin tú querer.
Este canal, Policia Didáctica, es la prueba de cómo sin darse cuenta nuestra autoridad asume ese papel didactico y paternalista, a veces con más y a veces con menos justicia y coherencia – la vida es así. Y de cómo sus leyes y su aplicación siempre dejan lugar a la duda o a ser cuestionadas. Siempre refiriéndome a nuestro católico país.
¿127km/h medidos – menos de 120 de aguja – en un tramo de 100km/h? ¿Eso da para hacer un vídeo? Está claro que no es algo moralmente reprobable. Es casi seguro que la persona más responsable del mundo podría ir a 127 por ese tramo. Pero es que es un vídeo didactico, y te tienen que dejar claro que lo más importante tampoco es cumplir la ley, sino reconocer la autoridad, todo dentro del juego: «No reduce ni al vernos», se titula. Se están poniendo por encima de la ley (de esa propia norma concreta, quiero decir). Normal, de hecho en muchos tramos no está nada claro por qué limitan a 100km/h. ¿Si hubiera aminorado al verlos lo habrían multado? En una lectura literal de la ley sí, pero a la hora de la verdad no siempre la aplican de manera estricta (como bien nos muestran en otros vídeos de este mismo canal), así que puede que no. Y además no habría dado para un vídeo tan aleccionador. Es más didáctica una multa si va a 127 y no frena nada, que si va a 150 y frena hasta 127, porque en ese caso sería un castigo justo, preciso y sin dobleces.
El que va a 127 podría ser cualquiera de nosotros. En mayor o menor grado todos somos pecadores, recordad.
Por eso en España la autoridad siempre ocupa o intenta ocupar el lugar de la iglesia y convertirse también en guía moral. Pero de una moral un poco cogidita con pinzas. «Ponte la mascarilla en el metro (en 2022)». «Uy, vas a 127km/h». «Uy, has adelantado a un coche en patinete» (pero si no llevas casco no pasa nada porque no es obligatorio, aunque sea muy arriesgado). «Pon el aire a 27°C», «apaga las luces led de bajísimo consumo de tu escaparate». Pero eso sí, al que te roba con violencia ni lo van a buscar. Parece que se estuvieran riendo de ti. Pero con esto en realidad lo que hacen, además de controlarte y exprimirte económicamente hasta cierto punto, es dejar en tus manos las verdaderas decisiones morales. En diálogo contigo mismo y no con nadie por encima de ti, como tiene que ser. Por eso en realidad en España la autoridad parece una guía moral, pero sólo lo es para la gente borrega o cobarde, incapaz de todos modos de desarrollar un criterio propio. Su propaganda te inculca una base doctrinal moral que vas a seguir sin darte cuenta, pero no te dice claramente lo que tienes que hacer porque te siembra de dudas. Por ejemplo, te recomienda encarecidamente vacunarte contra el cocid pero en el mismo noticiario te menciona que se ha visto efectos secundarios sospechosos. Te multa por cualquier majadería, y otras veces te libras de barrabasadas gordas que has liao. A poco inteligente y despierto que seas, te darás cuenta de que esa guía es insuficiente, y en muchos casos injusta o incoherente. Te meten presión para que acabes despertando – a fecha de hoy, el que siga sin cuestionarse ninguna de las disposiciones y recomendaciones de nuestra Administración es que es tonto perdido. Así que en algún momento hay cosas que tendrás que decidir por tu cuenta. Y estarás más preparado para elloque si fueras un ingenuo y biempensante protestante. Catolicismo 100%.
No lo critico, sólo digo que es así. Tiene sus inconvenientes pero también sus ventajas. Y no soy tan listo como para proponer una alternativa.